sábado, 8 de junio de 2024

Ciudades Inteligentes (Smart Cities)

 

Las Ciudades Inteligentes, o Smart Cities en inglés, representan un paradigma urbano que integra tecnologías de la información y comunicación (TIC) con infraestructura tradicional para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la eficiencia de los servicios urbanos. Según Albino et al. (2015), una Ciudad Inteligente se caracteriza por el uso intensivo de las TIC para mejorar la calidad de vida, la competitividad económica y la sostenibilidad ambiental.

Las ciudades inteligentes

Un aspecto fundamental de las Ciudades Inteligentes es la gobernanza participativa. Bolívar y Meijer (2016) argumentan que la transformación hacia una Ciudad Inteligente requiere no solo de avances tecnológicos, sino también de cambios en la estructura de gobierno y en la participación ciudadana. Esto implica la creación de plataformas digitales que permitan a los ciudadanos involucrarse activamente en la toma de decisiones urbanas.

Es importante señalar que el concepto de Ciudad Inteligente no se limita únicamente a la implementación de tecnología. Como señalan Angelidou (2015), es crucial considerar los aspectos sociales y humanos en el desarrollo de estas ciudades, enfocándose en cómo la tecnología puede mejorar realmente la calidad de vida de los habitantes.

Investigación en Smart Cities

La evolución de la investigación científica sobre Ciudades Inteligentes ha sido notable en las últimas décadas. En los primeros años del siglo XXI, el enfoque se centraba principalmente en la infraestructura tecnológica. Hollands (2008) fue uno de los primeros en cuestionar críticamente el concepto, argumentando que las Ciudades Inteligentes corrían el riesgo de priorizar los intereses corporativos sobre las necesidades reales de los ciudadanos. Esta crítica sentó las bases para una comprensión más holística del concepto.

A medida que avanzaba la década de 2010, la investigación comenzó a abordar la complejidad multidimensional de las Ciudades Inteligentes. Nam y Pardo (2011) propusieron un marco conceptual que integraba factores tecnológicos, humanos e institucionales, enfatizando la importancia de la interconexión entre estos elementos. Paralelamente, Caragliu et al. (2011) introdujeron la idea de que una Ciudad Inteligente debería invertir en capital humano y social, además de en infraestructura de comunicación, para fomentar un crecimiento económico sostenible y una alta calidad de vida.

Hacia mediados de la década de 2010, la investigación se diversificó significativamente. Kitchin (2014) exploró las implicaciones de los "big data" en la gestión urbana, destacando tanto las oportunidades como los desafíos éticos asociados con la recopilación y uso masivo de datos urbanos. Por su parte, Angelidou (2015) analizó las diferentes estrategias de planificación para Ciudades Inteligentes, distinguiendo entre enfoques nacionales y locales, así como entre estrategias orientadas a la economía y aquellas centradas en la calidad de vida.

En los últimos años, la investigación ha tomado un giro más crítico y reflexivo. Yigitcanlar et al. (2019) realizaron una revisión exhaustiva de la literatura, cuestionando si las Ciudades Inteligentes estaban cumpliendo sus promesas de sostenibilidad y mejora de la calidad de vida. Su trabajo subraya la necesidad de evaluar empíricamente los impactos reales de las iniciativas de Ciudades Inteligentes. Además, Cardullo y Kitchin (2019) han profundizado en las cuestiones de participación ciudadana y justicia social en el contexto de las Ciudades Inteligentes, argumentando que muchos proyectos aún mantienen un enfoque tecnocrático que limita la verdadera participación ciudadana.

Evaluación del Nivel de Inteligencia de las ciudades


Para evaluar el nivel de una ciudad como Ciudad Inteligente, se han desarrollado diversos marcos y metodologías. Estos enfoques buscan medir de manera integral los diferentes aspectos que componen una Ciudad Inteligente, desde la infraestructura tecnológica hasta el impacto en la calidad de vida de los ciudadanos.

Giffinger et al. (2007) propusieron uno de los primeros marcos de evaluación ampliamente reconocidos. Su modelo identifica seis características clave: economía inteligente, movilidad inteligente, entorno inteligente, habitantes inteligentes, vida inteligente y gobernanza inteligente. Cada una de estas dimensiones se evalúa mediante un conjunto de indicadores específicos, permitiendo una comparación entre ciudades.

Posteriormente, Lombardi et al. (2012) desarrollaron un modelo de evaluación basado en la triple hélice, que considera las interacciones entre universidad, industria y gobierno. Este enfoque añade una perspectiva más dinámica a la evaluación, centrándose en cómo estos actores colaboran para fomentar la innovación y el desarrollo sostenible en el contexto urbano.

En años más recientes, la ISO (Organización Internacional de Normalización) ha desarrollado estándares específicos para la evaluación de Ciudades Inteligentes. La norma ISO 37122:2019 proporciona indicadores para medir los servicios de la ciudad y la calidad de vida, ofreciendo un marco estandarizado para la comparación global de Ciudades Inteligentes (ISO, 2019).

Es importante señalar que, a medida que evoluciona el concepto de Ciudad Inteligente, también lo hacen los métodos de evaluación. Yigitcanlar y Kamruzzaman (2018) proponen un marco de evaluación más holístico que incluye no solo aspectos tecnológicos y económicos, sino también consideraciones de sostenibilidad ambiental y equidad social. Este enfoque refleja una comprensión más madura de lo que constituye una verdadera Ciudad Inteligente.

Esta tabla incorpora elementos de los marcos mencionados, particularmente el modelo de Giffinger et al. (2007) y las consideraciones más recientes de Yigitcanlar y Kamruzzaman (2018).

Criterio

Descripción del criterio

Forma de medición

Forma de colectar los datos

Forma de analizar los datos

Economía Inteligente

Capacidad de la ciudad para fomentar la innovación, el emprendimiento y la productividad

Índice compuesto que incluye: número de startups per cápita, patentes registradas, tasa de empleo en sectores de alta tecnología

Registros municipales, informes económicos, encuestas a empresas

Análisis estadístico comparativo con benchmarks nacionales e internacionales

Movilidad Inteligente

Eficiencia y sostenibilidad del sistema de transporte urbano

Porcentaje de transporte público eléctrico, tiempo promedio de desplazamiento, disponibilidad de opciones de movilidad compartida

Datos de GPS de transporte público, encuestas a ciudadanos, sensores de tráfico

Análisis de series temporales y modelado predictivo de flujos de tráfico

Entorno Inteligente

Gestión sostenible de recursos naturales y reducción del impacto ambiental

Niveles de contaminación del aire, porcentaje de energía renovable utilizada, eficiencia en la gestión de residuos

Sensores ambientales, datos de consumo energético, registros de gestión de residuos

Análisis de tendencias a largo plazo y evaluación de impacto de políticas ambientales

Habitantes Inteligentes

Nivel educativo y participación ciudadana en la toma de decisiones

Porcentaje de población con educación superior, tasa de participación en iniciativas ciudadanas, alfabetización digital

Registros educativos, datos de participación en plataformas de e-gobierno, encuestas

Análisis demográfico y de correlación entre educación y participación ciudadana

Vida Inteligente

Calidad de vida y acceso a servicios culturales y de salud

Índice de satisfacción ciudadana, acceso a atención médica, oferta cultural per cápita

Encuestas de calidad de vida, registros de salud pública, datos de asistencia a eventos culturales

Análisis factorial para identificar los principales determinantes de la calidad de vida

Gobernanza Inteligente

Transparencia, eficiencia y participación en la administración pública

Número de servicios públicos digitalizados, tiempo de respuesta a solicitudes ciudadanas, índice de transparencia

Registros de e-gobierno, auditorías de transparencia, encuestas de satisfacción con servicios públicos

Análisis comparativo con estándares internacionales de gobernanza

Sostenibilidad

Capacidad de la ciudad para mantener su desarrollo a largo plazo sin comprometer recursos futuros

Huella ecológica, resiliencia ante desastres naturales, tasa de reciclaje

Estudios de impacto ambiental, simulaciones de escenarios de riesgo, datos de gestión de residuos

Modelado de sistemas complejos y análisis de escenarios futuros

Equidad Social

Distribución equitativa de beneficios y oportunidades entre todos los ciudadanos

Índice de Gini, acceso a servicios públicos por distrito, tasa de inclusión digital

Datos censales, mapeo de servicios públicos, encuestas sobre uso de tecnología

Análisis espacial de desigualdades y evaluación de políticas de inclusión

Es importante señalar que esta tabla proporciona un marco general y que los criterios específicos y sus métodos de medición pueden necesitar adaptarse al contexto particular de cada ciudad. Además, como sugieren Cardullo y Kitchin (2019), es crucial considerar no solo los aspectos cuantitativos sino también los cualitativos en la evaluación de las Ciudades Inteligentes, especialmente en lo que respecta a la participación ciudadana y la equidad social.

Los aspectos cualitativos en la evaluación de Ciudades Inteligentes son fundamentales para comprender la experiencia vivida de los ciudadanos y el impacto real de las iniciativas "inteligentes" en la calidad de vida urbana. Estos aspectos complementan los indicadores cuantitativos y proporcionan una visión más holística y matizada del desarrollo de una Ciudad Inteligente.

  • Cardullo y Kitchin (2019) enfatizan la importancia de evaluar la naturaleza y el grado de participación ciudadana en las iniciativas de Ciudad Inteligente. Proponen examinar cualitativamente cómo los ciudadanos se involucran en los procesos de toma de decisiones, más allá de ser meros usuarios de servicios tecnológicos. Esto implica analizar las formas de participación, desde la consulta hasta la co-creación de soluciones urbanas.
  • Vanolo (2016) sugiere considerar los aspectos culturales y la identidad local en la evaluación de Ciudades Inteligentes. Argumenta que es crucial examinar cómo las iniciativas "inteligentes" se integran con las tradiciones y valores locales, y si refuerzan o amenazan la identidad cultural de la ciudad.
  • En cuanto a la inclusión social, Alizadeh (2017) propone evaluar cualitativamente cómo las iniciativas de Ciudad Inteligente abordan las necesidades de grupos marginados o vulnerables. Esto incluye examinar la accesibilidad de las tecnologías y servicios inteligentes para diferentes grupos demográficos, así como su impacto en la cohesión social.
  • Shelton et al. (2015) argumentan que es importante evaluar las narrativas y discursos que rodean a las iniciativas de Ciudad Inteligente. Sugieren analizar cómo se presentan y justifican estos proyectos, y cómo son percibidos por diferentes actores urbanos, incluyendo ciudadanos, funcionarios y empresas.
  • Finalmente, de Lange y de Waal (2013) proponen evaluar el "sentido de propiedad" que los ciudadanos tienen sobre las iniciativas de Ciudad Inteligente. Esto implica examinar cualitativamente si los ciudadanos sienten que tienen voz y agencia en el desarrollo de su ciudad, o si perciben las iniciativas como impuestas desde arriba.

Estos aspectos pueden evaluarse mediante métodos cualitativos como entrevistas en profundidad, grupos focales, observación participante y análisis de discurso, complementando así los indicadores cuantitativos para ofrecer una evaluación más completa y matizada de las Ciudades Inteligentes.

Panorama de las capitales sudamericanas

El panorama de las capitales sudamericanas en relación con los criterios de evaluación de Ciudades Inteligentes presenta un escenario diverso y en constante evolución. Es importante señalar que la información disponible puede variar entre ciudades y que las comparaciones directas deben hacerse con cautela debido a las diferencias contextuales. Sin embargo, podemos observar algunas tendencias generales basadas en la literatura existente y los informes disponibles.

En términos de Economía Inteligente y Movilidad Inteligente, ciudades como São Paulo, Buenos Aires y Santiago de Chile han mostrado avances significativos. Según un estudio de Giffinger y Gudrun (2010), estas metrópolis han implementado iniciativas para fomentar la innovación y el emprendimiento, con un creciente número de startups y centros de innovación. En cuanto a movilidad, Hidalgo y Huizenga (2013) destacan que ciudades como Bogotá y Curitiba han sido pioneras en sistemas de transporte rápido por autobús (BRT), mejorando significativamente la eficiencia del transporte público. Sin embargo, la congestión del tráfico y la contaminación asociada siguen siendo desafíos importantes en la mayoría de las capitales sudamericanas.

Respecto al Entorno Inteligente y la Sostenibilidad, las capitales sudamericanas enfrentan retos considerables. Un informe de la CEPAL (2018) indica que ciudades como Lima y Santiago están luchando contra altos niveles de contaminación del aire, mientras que Quito y La Paz han implementado programas innovadores de gestión de residuos y conservación de recursos hídricos. Romero-Lankao et al. (2014) señalan que muchas de estas ciudades son particularmente vulnerables al cambio climático, lo que ha impulsado iniciativas de resiliencia urbana, aunque con resultados variados.

En cuanto a Gobernanza Inteligente y Habitantes Inteligentes, se observan disparidades significativas. Bogotá y Montevideo han sido reconocidas por sus esfuerzos en gobierno electrónico y participación ciudadana (Naser y Concha, 2011). Sin embargo, en muchas capitales, la brecha digital sigue siendo un obstáculo para la plena participación ciudadana en iniciativas de Ciudad Inteligente. Maestre y Nieto (2015) destacan que, aunque ha habido mejoras en el acceso a la educación superior y la alfabetización digital en ciudades como Buenos Aires y Santiago, aún existen desafíos significativos en términos de equidad social y distribución de beneficios tecnológicos en la mayoría de las capitales sudamericanas.

Conforme al análisis del panorama de las capitales sudamericanas, se comparte esta tabla, que muestra la calificación de los criterios con una escala Likert de 1 a 9. Es importante señalar que esta evaluación es aproximada y se basa en la información general disponible en la literatura citada. Los valores asignados son estimaciones y no deben considerarse como mediciones precisas. Además, algunas capitales pueden no haber sido mencionadas específicamente en el análisis anterior, por lo que su evaluación se basa en tendencias regionales generales.

Capital

Economía Inteligente

Movilidad Inteligente

Entorno Inteligente

Habitantes Inteligentes

Vida Inteligente

Gobernanza Inteligente

Sostenibilidad

Equidad Social

Promedio

Santiago

8

7

6

7

7

7

6

6

6,75

Buenos Aires

8

7

6

7

7

6

6

6

6,63

São Paulo

8

7

5

7

7

6

6

5

6,38

Bogotá

7

8

6

6

6

7

6

5

6,38

Montevideo

6

6

7

7

7

8

7

6

6,75

Lima

7

6

5

6

6

6

5

5

5,75

Quito

6

6

7

6

6

6

7

5

6,13

Brasilia

7

6

6

6

6

6

6

5

6

Caracas

5

5

5

5

5

4

4

4

4,63

Asunción

5

5

5

5

5

5

5

4

4,88

La Paz

5

5

6

5

5

5

6

4

5,13

Esta tabla está ordenada de mayor a menor según el valor promedio del Nivel de Ciudad Inteligente. Es importante reiterar que estos valores son aproximaciones basadas en la información general disponible y no deben tomarse como mediciones definitivas. Las diferencias entre algunas ciudades pueden ser mínimas y no necesariamente significativas. Además, cada ciudad tiene sus propios desafíos y fortalezas únicos que pueden no reflejarse completamente en esta escala simplificada.

Conclusiones

Esta publicación sobre Ciudades Inteligentes en Sudamérica ha revelado un panorama complejo y diverso en cuanto al desarrollo de iniciativas "inteligentes" en las capitales de la región. A través de la revisión de la literatura científica y la aplicación de criterios de evaluación, se ha evidenciado que ciudades como Santiago, Buenos Aires, São Paulo y Bogotá están a la vanguardia en la implementación de soluciones inteligentes, particularmente en áreas como economía, movilidad y gobernanza. Sin embargo, incluso estas ciudades líderes enfrentan desafíos significativos, especialmente en términos de sostenibilidad ambiental y equidad social.

La evaluación cuantitativa y cualitativa de las Ciudades Inteligentes en Sudamérica subraya la importancia de considerar no solo los aspectos tecnológicos, sino también los sociales, culturales y ambientales en el desarrollo urbano inteligente. Los criterios de evaluación propuestos, que abarcan desde la economía inteligente hasta la equidad social, proporcionan un marco integral para analizar el progreso de estas ciudades. No obstante, es crucial reconocer que cada ciudad opera en un contexto único, con sus propios desafíos y oportunidades, lo que hace que las comparaciones directas sean complejas y potencialmente engañosas si no se consideran estos factores contextuales.

Finalmente, esta conversación ha puesto de manifiesto la necesidad de un enfoque más holístico y participativo en el desarrollo de Ciudades Inteligentes en Sudamérica. Mientras que algunas capitales han logrado avances significativos en ciertas áreas, persisten brechas importantes, especialmente en términos de inclusión digital, sostenibilidad ambiental y participación ciudadana efectiva. El futuro de las Ciudades Inteligentes en la región dependerá no solo de la adopción de tecnologías avanzadas, sino también de la capacidad de los gobiernos locales para abordar las desigualdades existentes, fomentar la participación ciudadana y adaptar las soluciones inteligentes a las necesidades y contextos locales específicos. Este enfoque más equilibrado y centrado en el ciudadano será crucial para garantizar que los beneficios de las iniciativas de Ciudad Inteligente se distribuyan de manera equitativa y contribuyan significativamente a mejorar la calidad de vida de todos los habitantes urbanos en Sudamérica.

Referencias

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